Esta entrada la quiero dedicar a dos personas, dos mamás que he conocido estos últimos meses, mis dos más recientes amigas. Pero las siento ya muy queridas, por eso las traigo aquí, donde reflexiono de mis quereres.
Una forma parte de "la invasión de Ontur" (es que de no conocer a nadie, he conocido en pocos meses de siete a ocho personas de este pueblo), es María. María es una joven madre veterana que he conocido en las tardes en el parque. Una chica tímida que tiene un bebé quince días menor que Núria y una niña de cinco años. Para mí un ejemplo de la madre que quiero ser por como se tratan su hija mayor y ella.
María no creo que piense en crianzas respetuosas ni en educaciones de tal o cual manera, pero como es dulce en sí misma, trata así a sus chiquillos, respetándoles, con cariño. Dándoles sus límites y su espacio. Cuántas mamás con canas en la cabeza y libros leídos quisiéramos su saber educar innato. Nuestras charlas de parque y nuestros compararnos los bebés han hecho que me sintiera muy bien acompañada este verano. Y ahora que por el invierno hemos cambiado un poco los hábitos y nos vemos menos la estoy echando mucho de menos. Como en la fábula del zorro y el principito.
La otra es Jéssica, la autora del blog "la princesa del collar de guisantes". La he conocido a través de otra amiga y no me extraña que se dedique a hacer galletas y pasteles, porque es todo dulzura. No nos hemos visto tantas veces, pero es de estas personas que te hacen sentir como en casa desde el primer momento. Hemos tenido ya conversaciones en este poco tiempo que me han alegrado el día. Ella seguro también va a ser una madre dulce cuando nazca su pequeña, no puede ser de otro modo.
Dos chicas que he conocido con el calorcito, y que espero que el frío no nos separe. Es agradable encontrarse con buena gente.
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