martes, 14 de septiembre de 2010

Los abuelos de mi hija.

Me da algo de envidia cuando me comentan otras mamás, "mi madre me cuida al niño" o "mi suegro lo recoge de la guardería" o "viene y se lo lleva a pasear". Los abuelos de mi hija no hacen nada de eso. En nuestro caso, los abuelos no ayudan casi nada, y pareciera que no recuerden lo que es tener un niño pequeño en casa.

Quizás peque de injusta, es posible, y quizás estas reflexiones vienen porque este fin de semana hemos tenido sobredosis de abuelitos, y me duele la lengua de mordermela. Puede que sea eso. En realidad no sé si voy a atreverme a publicar esto, porque este blog es menos anónimo de lo que debiera para escribir depende de que temas familiares. Lo escribo como descargo, y luego ya veremos.

Por un lado mis padres, que viven a 500 Km. pero que para ellos venir a ver a la nieta es irse a un pueblo que está a 60 Km. de este, porque allí tienen casa. Y ahora vas tu y me traes a la nieta que la vea, que yo ya he venido hasta mi casa. En julio estuvieron tres semanas y la vieron tres veces porque yo se la llevé las tres veces. Esta vez han estado una semana. Yo no estaba dispuesta a hacer pasar a mi hija por dos horas de coche después de pasar la mañana en la guardería. Lo siento, pero mi hija es lo primero. Así que se dignaron a venir el viernes a Yecla, no sin lanzarme indirectas los días anteriores a ver si se ahorraban el viaje.Y durante la visita más pullitas sobre lo poco que ven a la nieta y que cuando van a ver a todos sus nietos juntos. Se ve que la única con obligación de hacer visitas soy yo, los demás pueden esperar en sus casas a que les visiten.

Es feria en Yecla este fin de semana, y queríamos por lo menos un día llevar a Sara, entre eso y que Miguel esta recogiendo la almendra, el sábado nos quedamos aquí. El domingo después de comer, me cojo a mi hija y parto la familia y el fin de semana largo (ayer Lunes era festivo en Yecla) en dos, para que mis padres vean a Sara. Miguel y Leo se quedan, recogiendo almendra y disfrutando de la feria . Miguel fué el Lunes a comer con mis padres y nosotras para volvernos juntos. Ha sido un día entero sólo que escuchando críticas a mi hermana y a mi cuñada. A la una por tener veinte años y hacer cosas propias de su edad y a la otra por haber decidido llevar a los niños a la guardería (yo también la llevo, o sea que me doy por aludida), comprarles demasiada ropa y un montón de comentarios derivados de haber estado ayudando con los mellizos durante meses en su casa. Y mi madre no es de las que se calla, porque muchas veces habla y luego piensa lo que ha dicho (a veces ni esto último) no me extraña que mi hermano y mi cuñada quieran recuperar su intimidad y empezar a construir ellos dos con sus hijos su propio ritmo familiar. Además no se da cuenta el daño que me producen frases como "ea, yo ya les he dicho que para lo que quieran estamos ahí", cuando para mi siguen estando "ahí", no se plantean otra cosa, con la diferencia que el "ahí" es a 500km o a 60km, o sea, como si no hubiera nadie. Luego todos los hijos y todos los nietos somos iguales, claro, y el lobo tiró la casa del cerdito soplando.

Y por el otro lado mis suegros. Ayer noche volvimos, y ya los cuatro reunidos en casa, cenamos y nos disponemos a poner a dormir a Sara, cuando ya estaba más tranquila y parecía que íbamos a conseguir que se durmiera vinieron mis suegros de visita. Eran las diez y media de la noche. Mis suegros si que viven en Yecla, y tal vez se pueda pensar que nos echan una manita. Alguna vez, como anoche, es una mano al cuello. Conseguimos dormir a Sara finalmente a las once y cuarto.

Tuve que dejar a Sara con mi suegra al reincorporarme a trabajar. Fué sólo mes y medio, porque me echaron del trabajo. No hubo ninguna semana que no me fallara algún día, y lo peor es que me lo decía sin previo aviso, cuando ella sí que lo sabía con antelación. Uno de los días ,por ejemplo, yo me enteré a las ocho y media de la noche del día anterior, y al llamarla para preguntarle me dijo que como ya se lo había dicho a mi cuñado pensaba que yo lo sabía (?), y que ellos (mi cuñado y ella) habían pensado que a Sara se la quedaba cuidando Miguel (pero yo le había preguntado a Miguel y él tampoco sabía nada). Me pasé el mes y medio con un ay en el pecho pensando si al día siguiente seguro que tenía canguro o tenía que improvisar algo. Con la de gente que conozco de mi confianza en este pueblo (notese el tono irónico). Esa es una de las razones por las que al quedarme parada hablamos con Miguel que hasta que no me cogieran la niña en una guardería yo no volvía a buscar trabajo, y es que en realidad no tenemos con quien dejarla, su propio hijo tuvo que admitir que con mi suegra no podíamos contar.

Esta mañana hablando con una mama de la guardería me ha comentado que su madre le iba a recoger al niño al mediodía, y me ha dado una punzada de envidia. Y sé que en muchas ocasiones las manitas de los abuelos conlleva el tragar que traten a tu hijo de una forma que quizás no es la que más te agrade a ti. Pero creo que mi hija se está perdiendo algo que yo  tampoco tuve en la relación con sus abuelos, y me duele que tenga tanta mala suerte y que por una razón o por otra no vaya a tener tanta relación con ellos como otros niños de su entorno. En mi caso también fué así y me daba perfecta cuenta que mis abuelos no me trataban como los abuelos de los demás, y como lo recuerdo con dolor, me duele por mi hija.

5 comentarios:

  1. Me alegro que al menos te hayas podido desahogar, aunque es algo que yo en parte ya sabía.
    Ante todo el dolor que se lee en tus letras, solo te digo una cosa (aunque espero que ya la supieras de antes, pero por si acaso), y te la digo de verdad, de corazon:
    si me necesitas.... llámame,de verdad, yo me quedo con Sara encantada, aunque sea simplemente para que tu te toques la nariz un rato, que a veces, tambien es necesario!!
    Mas besicos (que hace dias que no te mando!!!)

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  2. Es una pena, la verdad. Los padres no siempre son generosos y desprendidos, y así siguen cuando se convierten en abuelos. Yo podría largar mucho también de mis padres y suegros, aunque ellos son más de los que se pasan.
    Hay que aguantarse con lo que le ha tocado a cada una. En tu caso, intenta ver el lado bueno: no tienes que soportar comentarios "bienintencionados" todos los días ni esforzarte por tenerlos contentos.
    Y lo más importante: viendo la clase de madre que eres tú seguro que serás una fantástica abuela de tus nietos.

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  3. Muchas gracias por el apoyo, Begoña y Cristina. La verdad y como digo al final de la entrada no me molesta tanto por mi, como por lo que se pierde mi hija. Cristina, mis padres nos han dado todo y se han sacrificado mucho por sus hijos cuando éramos pequeños, eso lo puedo decir alto, pero creo que no asimilan que somos adultos. La relación se ha ido enrareciendo con nuestra capacidad de tomar decisiones propias, que no han sido las que ellos se imaginaron. Espero ser una buena abuela como vaticinas, porque he oído a mis padres toda la vida quejarse de cosas que están haciendo ellos. Procuraré que no me pase lo mismo.

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  4. Las relaciones familiares son tan difíciles... A mí también me dan mucha envidia esas mamás que tienen la ayuda de los abuelos (ya lo he contado en algún post) pero tendré que resignarme mis padres no viven aquí y aún así me ayudan más con la peque que mis suegros que están a 10min...

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  5. Ea lamamadeunabruja, son los abuelos que nos han tocado. Resignación.

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