Empiezo una serie de entradas explicando los motivos por los que mi queridísimo perro Leo no debería haber nacido. Es decir, yo estoy muy contenta de tenerle, y tiene una calidad de vida aceptable, pero Leo forma parte de esos cachorros que no deberían haber nacido por las taras genéticas que lleva consigo. Si los dueños de los padres de Leo hubiesen tenido un mínimo de responsabilidad, esta camada no debería haber nacido. Pero claro, teniendo en cuenta que la camada fue encontrada cuando los cachorros tenían dos meses en la puta calle, pedir responsabilidad a esta gente es como pedir lingotes de oro a un peral.
Bueno, el primer problema de tipo genético que descubrimos en Leo, y el menor de ellos, es el monorquidismo. A Leo sólo le descendió un testículo, el otro se le quedó retenido en la ingle. Es un problema hereditario. Su padre o el padre de su madre lo tenía y no deberían haber criado con él.
Se lo detectamos a los cinco meses o así, le descendió uno, y el otro no. Le pregunté a la veterinaria que le llevaba entonces (la peor de todas las que ha pisado) y me dijo que no pasaba nada, que habían muchos perros así, que podía criar y todo...en fin, para que comentar, esta mujer es veterinaria de vocación, se le nota en lo bien formada que está.
Cuando meses después le llevamos al Hospital Veterinario de Sant Vicent del Raspeig (por otra de sus taras genéticas, de la que ya hablaré en la siguiente entrada de la serie), nos aconsejaron extirparle el testículo que no había descendido. El testículo que no desciende, al estar en un lugar del cuerpo que no le corresponde se suele tumorar. Además los perros con monorquidia suelen tener la testosterona alterada, y en muchas ocasiones son perros de carácter más difícil, sobretodo en su juventud, hasta los dos años o así. Sí que es posible criar con un testículo, pero como el problema es hereditario, se suele aconsejar la castración.
Nosotros no castramos a Leo porque los perros castrados suelen aumentar de peso, y nuestro perro no debe engordar (si, ya se que los que le conocéis en persona pensareis que ahora parece una vaca-perro, pero eso son efectos secundarios del tratamiento de la leishmania). Sí tiene extirpado el testículo que no le descendió. Por lo demás, simplemente tenemos que tener cuidado en que no monte a ninguna perra para que su carga genética no se siga transmitiendo. Como ya he dicho el monorquidismo es el menor de los problemas de mi perro