domingo, 25 de julio de 2010

Vino en una fría noche de Abril

Así explicaría Leo como llegó a casa:
No sé que hago aquí, hace un momento estaba con mis hermanos caminando, pero les he perdido la pista. Estoy cansadísimo, soy muy pequeñito y llevo no se cuánto tiempo andando por la calle, sin comer, sin beber, y hace muchísimo frío. He perdido a mis hermanos, no sé dónde estoy, está todo muy oscuro, el suelo es negro. Me voy a sentar aquí mismo, no puedo más. De repente algo me deslumbra y oigo un riudo muy fuerte. "¡¡¡Ostras que no es una rata que es un perro!!! Casi le atropello". Vienen hacia mí y como no tengo fuerzas para huir me cogen en sus manos, estoy muy asustado y no se si tiemblo más de frío o de miedo.

Sigo asustado, pero por lo menos estoy en un sitio calentito y suave, me han dado de comer y me han puesto agua. Una señora me hace compañía, pero no puedo dejar de llorar en toda la noche, me duele la tripa, me pica todo el cuerpo, sobretodo el ojo derecho, estoy muy cansado... Al día siguiente me llevan a un lugar donde otra señora con una bata blanca me mira y dice que voy a ser "de los medianos grandecitos", "Huy entonces yo no me lo quedo" responde la señora que me ha hecho compañía por la noche.

Así lo explicaría yo:
Ring ring
-"¿Diga?"
-"Hola, ¿qué te parece lo del perro?"
-"¿Qué perro?"
-"El Miguel no te lo ha explicado? Que nos encontramos un cachorro ayer por la noche y el Miguel dice que a ti te gustan los perros, que te lo llevemos, es blanco, muy bonito."
-"Aunque fuese feo, me da igual, traémelo"

Y me lo trajeron, metido en una caja de zapatos con un lazo amarillo en el pelo. También se pasó la noche llorando, y al día siguiente a la veterinaria. "Tiene dos meses ¿te lo piensas quedar?" "Pues dale esto para desparasitarle, y si la semana que viene sigue vivo me lo vuelves a traer, pero dudo que el chucho pase de este fin de semana. Le toca vacuna, pero si lo vacuno ahora seguro que lo tumbo". Todo sensibilidad la cacho carne de la veterinaria. Pero no contaba que a mí a cabezota no me gana ni Dios, y Dios no se llevó a Leo ese fin de semana.

Tenía más pulgas que pelos, más garrapatas que días de vida, el lacrimal del ojo obstruido y tanta hambre atrasada que en 15 días dobló dos veces el peso con el que vino. Tanta ansia de comer, que se comía los envoltorios de film transparente de las comidas. Así llegó Leo a nuestras vidas, hecho una calamidad. Un cachorrito tirado en la calle por unos irresponsables.

Por eso me enervan los nervios la gente que habla de criar con sus perras, porque "ya se sabe, por lo menos una vez en la vida tienen que tener camada" o sandeces por el estilo. Los que se "deshacen" de ellos como de un clínex usado. Por eso cuando veo a otro pobre perro abandonado, además de poderme la desazón y la impotencia, me cago en todo el santoral y me acuerdo de la familia del dueño de ese animal, y les deseo que sus hijos tomen buena nota de cómo cree que se ha de tratar a un ser vivo que deja de tener utilidad. La mirada de un perro no es muy diferente de la mirada de un hombre. Quien es capaz de traicionar y abandonar a un perro con el que ha convivido, es capaz de traicionar y abandonar a su hijo, a su padre, a su madre y al papa de Roma, cuídate de él.

4 comentarios:

  1. madre mia Natalia, me he asustado al leerte!!! jajaja, pero hasta que he pensado.... no, es que está diciendo las cosas como son, sin adornos.
    Una vez más te doy la enhorabuena por tu post, por lo que cuentas y como lo cuentas, y sobre todo.... por tu manera de educar, aunque siempre habrá a quien no le parezca bien, porque claro, opinar es gratis!!!
    "Besicos"

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  2. "Besicos" pa ti tambien "Anonimo". jajaja

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  3. Acabo de llegar hasta este rinconcito y creo que me voy a quedar, con tu permiso.

    Me encanta cómo hablas de tus dos joyas, pero especialmente de Leo que de momento es lo que comparto contigo, el peludo (en mi caso peluda), porque hijos aún no tengo.

    De todo lo que dices en esta entrada en concreto me quedo con la parte de la gente que dice que la perra debe tener al menos una camada. Bien, a riesgo de que se me echen encima (no sería la primera vez que me lo recriminan) diré que bastantes perros abandonados hay como para "permitir" que las perras críen sin control. Y como en mi caso no quería que Iuna (así se llama nuestra chica) se quedase preñada, decidí esterilizarla en cuanto el veterinario dijo que podía hacerlo. Y desde luego no me arrepiento de mi decisión.

    Evitamos problemas para las dos: ella reduce (más que considerablemente) el riesgo de tumores varios y además no tendrá el celo, con los inconvenientes que ello implica, entre otros el no poder correr a sus anchas cuando lo estuviese , con lo que a ella le gusta....

    En fin, que pasaré de visita de vez en cuando para seguir viendo a tus dos peques. Por cierto, Sara es preciosa!

    Saludos.

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  4. Bienvenida Susana. Te felicito por tu decisión de esterilizar a tu peludita. Nos seguimos leyendo.

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